El sábado 21 de outubro contamos en el LAIC con la presencia del cineasta Miguel Ángel Rolland para compartir con nosotros la jornada “Supercine: taller de cine crowd”. Una sesión intensa y enriquecedora en la que los asistentes pudieron aprender los secretos y ventajas del crowdfunding a la hora de poner en marcha un proyecto audiovisual apoyado en la comunidad.
El taller se realizó durante todo el día en el Centro Cívico da Cidade Vella. Entre las persoas participantes había realizadores audiovisuales, profesionales del guión y la interpretación, creadoras freelance y e incluso algunha persoma procedente de colectivos sociales con proyecto de hacer un documental.
En la primera parte de la sesión varias dinámicas introdujeron al grupo en la filosofía crowd y en los distintos motivos que nos pueden llevar a usar esta herramienta para un proyecto audiovisual, traducidos en distintas maneras en las que las comunidades nos pueden dar apoyo para llevar a cabo un proyecto. Este apoyo no consiste solo en dinero, y éste fue un aspecto en el que incidió mucho Rolland: la comunidad es nuestro futuro público, la gente interesada no solo en ver la película sino en ser su embajadora y contribuir de la manera que pueda a que exista y otra gente pueda verla. Cooperar, compartir, colaborar, cocrear, confianciar: estas cinco COs son las distintas formas en las que podemos involucrar a nuestras comunidades en los procesos que conforman nuestro proyecto.
La sesión de la tarde fue más práctica y en ella Miguel Ángel Rolland dio las claves para diseñar y ejecutar una campaña de crowdfunding para un proyecto audiovisual, un proceso que debe comenzar como mínimo seis meses o incluso un año antes del lanzamiento oficial de la campaña, con la construcción de la comunidad. Para ello tenemos que aplicarnos y ser lo más ‘sociales’ en internet que podamos, para ir involucrando a desde las famosas 3 efes (Friends, Family & Fools) hasta a los grupos de interés que pueden estar relacionados con el tema de nuestra película. Algo que tendremos que investigar, haciendo nuestra base de datos de gente potencialmente dispuesta a colaborar, e iniciando los contactos con ella, cocinando las relaciones a fuego lento para que respondan en el momento en que se les pida.
A partir de ahí, tenemos que usar todos los mecanismos de comunicación ao nuestro alcance, online y offline, montar un equipo de trabajo, elegir plataforma de crowdfunding y planificar la precampaña y campaña para llegar a nuestra meta y poder cantar victoria. La meta debe ser realista y no demasiado alta para poder lograrlo y vender una historia de éxito asociada a nuestra película, que acompañará los procesos posteriores de distribución y de llegada a público. Ahí constataremos que en el crowdfunding lo más importante no es el funding, sino la crowd, que también podremos usar para exhibir, por ejemplo, el film en salas bajo demanda en alguna plataforma de crowdticketing, y para ayudarnos a compartir en las redes el éxito y el itinerario de su difusión.
Rolland fue contando todas estas claves a partir del caso de éxito de su documental “Santa Fiesta”, que contó desde el primer momento con comunidades animalistas a nivel internacional, y que hizo su campaña de crowdfunding en la plataforma IndieGoGo. La película, estrenada en mayo de 2016, continúa exhibiéndose por distintas localidades gracias a la demanda y al apoyo de su ‘crowd’.
En la última parte de la jornada los participantes tuvieron ocasión de exponer sus proyectos y recibir el asesoramento directo de Rolland sobre el tipo de meta y de campaña que podrían llevar a cabo con este sistema de financiación, teniendo claro que no todos los proyectos tienen por qué ser crowd ni todos tienen ese potencial. Pero cuando lo tienen, a pesar del gran esfuerzo que implica una campaña de este tipo, las ventajas son enormes, y no solo desde el punto de vista material.